miércoles, 3 de abril de 2013

Otro día mas

Esa misma mañana fría de enero, salía corriendo porque llegaba tarde a clase.
 A la salida del portal, en un callejón por el que tenia que pasar todos los días si quería pillar el bus hallé una sombra negra.
Al pasar por al lado, me fijé en ella y descubrí que era el mismo señor al que dí algo de dinero pocos días antes.
Aunque mas que señor, parecía bastante joven. Pero toda esa mugre que tenia encima hacia imposible adivinar su edad.
Seguí corriendo con todas mis ansias y cogí el bus de milagro[...]
En el insti, me di cuenta de que la sudadera que llevaba en la mano no estaba. La busqué por todo el insti, pero allí no la encontré. Me agobié mucho. Esa sudadera era lo único que me quedaba de mi abuela y la tenia mucho cariño.

Al volver a casa , cabizbaja, volví a pasar por el callejón. Y sin mirar alrededor me senté contra una pared y me eché a llorar con todas mis fuerzas, apretando mis manos contra los ojos y temblando de frío.
De repente, alguien se puso delante mio. Me quedé quieta pero sin levantar la cabeza para mirar quien era.
Esa persona sacó de su humilde mochila una cosa verde torpemente doblada y me la entregó.
Levanté la vista y allí lo vi. Era él.
Yo no salia de mi asombro, abrí los ojos y pestañeé varias veces. Su brazo seguía estirado. Con una sonrisa, bastante bonita sin hacer caso a su poca salud dental,me entregó mi sudadera.
-Gr..Gra..Gracias. Dije en voz baja, mirándole a aquellos muy profundos ojos verdes,

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