martes, 30 de abril de 2013

-La parte de por qué no me dejas ayudarte. ¡Eso es lo que no entiendo!.Contesté chillándole a la cara.
Miró hacia un lado, sonrió, me volvió a mirar y soltó:
-Mira, no te interesa mi vida. No sabes de donde vengo, mi historia ni a donde voy. Pero si tan obsesionada estas conmigo hagamos un trato. Cada tarde, cuando vuelvas del instituto, si me ves en la esquina mírame disimuladamente. Si te guiño el ojo, te acercas. Si no no te acerques ni un centímetro a mi. ¿Vale?
-Vale. Contesté algo molesta.
-Mira, se hace tarde y yo me tengo que ir. Mañana si eso nos vemos Lili.
-Oh, cuidado que se ha aprendido mi nombre. Pensaba que habías pasado completamente de mí cuando te lo chille.
-Como voy a pasar de ti con esa voz tan chirriante que tienes?. Contestó irónico mientras se iba. ¡AH! Se me olvidaba. Pablo me llamo.
Y sin volver a mirar hacia atrás se fue corriendo.
Durante una semana, a la vuelta del tuto hablamos durante media hora. Pero el lunes de a semana siguiente mientras yo caminaba, vi a lo lejos a dos hombres vestidos de negro acoralando a Pablo.
Él me miro e hizo un gesto de que me vaya. Pero sinceramente, no iba a dejarlo solo. Asíq ue me lancé contra uno de los dos. Me agarré a él. Y me estampó contra el suelo.
Al despertarme no recordaba nada

martes, 23 de abril de 2013

Yo no me lo podía creer. En el fondo le había cogido cariño a este chico. Una lagrima amenazaba con resbalar por mi mejilla. Así que antes de que eso ocurriera. Me levanté y salí corriendo hacia mi casa.
-Lili,¡ME LLAMO LILITH!.Grité con todas mis fuerzas.
Las semanas pasaban.
Siempre que volvía del instituto evitaba mirarle. Pero sabia que el me miraba. Lo que el no sabia es que todas las  noches le miraba desde mi ventana.
Y una de esas noches, tan frías como aquella mañana de enero. Se le veía temblar a lo lejos.
He de admitir que dijese lo que me dijese, yo le seguía queriendo. Así que cogí mi edredón bajé a la calle y se lo puse por encima.
Me quedé embobada mirándole como dormía, hasta que su gato empezó a maullar. Ahí fue cuando salí corriendo.
Al día siguiente, al volver del instituto, apareció por mi espalda, me agarró del brazo y me apoyó contra la pared.
-Escúchame, te dije que no me ayudarás. Que me sé cuidar solo. ¿Que parte de esa frase no entiendes niña estúpida?

martes, 9 de abril de 2013

Pequeña cicatriz

Lo que yo no sabía es que la persona que me agarró por detrás y me tapó tenia un trapo bañado en cloroformo. Cuando desperté no recordé nada. Estaba en la camilla de un hospital.
Rápidamente me miré el brazo. Había una cicatriz con 6 o 7 puntos. Allí pasé toda la mañana hasta que llamaron a mis padres.
En el camino de vuelta a casa no les di explicaciones. No las necesitaban. Tampoco tenia confianza con ellos.
Pasé castigada todo el fin de semana hasta que llegó el lunes.
Era otra de las típicas mañanas del frió Enero en el que como no lleves ropa de abrigo puede darte,sin exagerar, una hipotermia.
En el instituto, tuve que dar muchas explicaciones. Muchos ya me conocían por haber ayudado al vagabundo en el accidente. Y cuchicheaban entre ellos diciendo que la cicatriz fue por culpa del vagabundo. Yo quería creer con todas mis fuerzas que esto no era así. 
Y volviendo a casa, allí me lo encontré como siempre en su rincón. 
En cuanto me vio vino a paso ligero hacia mi. Me hizo sentarme a su lado. Y me dijo con un tono de voz algo duro:
-Mira, no se como te llamas.Ni lo quiero saber. Solo quiero que sepas que basta ya de seguirme. ¿Sabes en los líos en los que te puedes meter por mi culpa? Déjame en paz. No quiero verte más. ¿Me oyes?

lunes, 8 de abril de 2013

Antes de que ellos se acercasen a mí salí hacia ellos. Empujé al que estaba en medio. con todas mis fuerzas pero mi plan de salir huyendo no dio el resultado que yo esperaba. Así que pasé al plan B y salí corriendo en dirección al muro. En el acto la navaja del de el medio se clavo en mi brazo izquierdo y me hizo un corte bastante profundo. Aún así yo salí hacia delante y me agarre al filo del muro y lo salté. Caí en un descampado y algo me agarró por detrás y me tapó la boca con todas sus fuerzas.

domingo, 7 de abril de 2013

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En un abrir y cerrar de ojos un gato rayado de ojos verdes apareció de un rincón y acarició mis piernas con su suave pelaje.
Rondaban ya las 9-10 de la noche. La calle en la qué estaba a pesar de ser algo estrecha también era oscura.
De pronto, escucho varias pisadas detrás de mí.
El gato que estaba conmigo hace un buen rato salió ahuyentado.
Me giré y a penas pude ver la sombra de unas tres personas que venia directas hacia mí.
-Vaya, vaya.¿Qué tenemos aquí?-Río sarcásticamente mientras se acercaba lentamente a mí-.
Levantó la mano y en ella divisé el torpe reflejo de la hoja de una navaja.


sábado, 6 de abril de 2013

Seguí el recorrido de sangre que él iba dejando. Hubo un momento en el que el qué ya no había mas gotas de sangre por el suelo. En frente mio había un muro. Era imposible que en las condiciones en las que estaba el haya podido saltarlo, ya que el muro mediría unos 3 metros mas o menos.
Me quedé apoyada contra el muro. Pensando donde podía haber ido.
Algo resbaló por mi mejilla. Me pasé la mano y me mire a los dedos.
¿Me estaba volviendo loca o aquello que me acababa de caer era sangre?

viernes, 5 de abril de 2013

Directo a la fuga

Hay que admitir que durmiendo está bastante mono. Todavía no se ha dado cuenta de la brecha que tiene en la cabeza.
Menos mal que los de la ambulancia le cosieron la brecha y me ayudaron a traerlo a casa. Luego mamá, le puso la venda en la cabeza.
Me salí de la habitación para no despertarle y me puse a ver la tele. 
Al cabo de dos horas, nada ni nadie daba señales de vida dentro de mi habitación. Así que me decidí a ir a mirar. Nada mas abrir la puerta, hallé la ventana de mi habitación abierta. Y un post it pegado en la ventana.
''Gracias por ayudarme.No tendrías que haberlo hecho, no lo necesitaba. Me sé cuidar solo. No necesito la caridad de nadie. Me sé valer por mí mismo. Adiós.''
Me asomé a la ventana. En la calle, se podía distinguir un recorrido de gotitas de sangre señalando el camino por el que se había ido. No podía dejarle solo. Así que fui en su busca.

¿Qué ha pasado?

Abrí los ojos.¿Donde estoy?¿Qué es este lugar? De repente aparece ella y me abraza como sí me conociese de toda la vida.Hacía mucho que nadie me abrazaba. Era una sensación agradable,distinta.Molaba.
-¡Estas bien! Menos mal... Pensaba que te habías muerto.-Dice apartando la vista mientras me suelta-.
-D..Do..¿Donde estoy?
-En mi casa, un coche te atropelló y es lo mucho que podía hacer por ti. Te quedaste inconsciente.
Me quedé callado. Mirando por la ventana que había justo en frente de la cama, debería estar en un primer piso. Si quisiera podría saltar por la ventana. Pero estaba muy cansado así que decidí quedarme en la cama.
 Inesperadamente algo saltó a mi estomago.Era Tunche-ese gato rallado de ojos verdes, al que le tenia mucho cariño-. Qué alivio . No podía permitir que le pasara nada. Era mi único amigo desde hace poco mas de un año. Y el único que no se ha separado de mi, como lo hicieron la mayoría de las personas que he conocido estos últimos años. Y más tranquilo que antes. Me relajé y me quedé dormido.

jueves, 4 de abril de 2013

Tragedia tras sorpresa

Este chico era una caja de sorpresas.¿Quién se iba a imaginar que llevaba un gato en su mochila?. El animal era clavado a su dueño. Ojos grandes, profundos y verdosos.
Este saltó ágilmente a mis brazos y se acurrucó contra mi pecho.Empecé a acariciarlo mientras miraba hacia la nada, sumergida en mis pensamientos y en los recuerdos que se me iban pasando uno tras otro por la cabeza.
El gato salió corriendo detrás de unos pájaros. No me dio tiempo a agarrarle. Entonces, el vagabundo cual nombre desconocía, salió corriendo detrás de él. No me dio tiempo a reaccionar. A lo lejos, se escuchó un claxon seguido de un frenazo.Yo, asustada, salí corriendo hacia el lugar del accidente. Allí estaba el, tirado en el suelo agarrando la cabeza y el cuerpo del gato y apretándolos contra el. A pocos metros más adelante había una señora de mediana edad, más bien alta, aturdida frente al coche que colisionó contra ellos dos. La gente se acercaba a la mujer, sin hacer caso al chico que estaba tirado en el suelo inconsciente.
-¡Una ambulancia por favor!-Grité con todas mis ganas- Pero la gente pasaba de mi como si de mierda me tratase.

Compañero inesperado

Sin pensárselo dos veces se sentó a mi lado y me dejó su chaqueta. Yo se la negué ya que él estaba en manga corta y no hacia calor, al contrario,mi móvil marcaba 3 grados. Él hizo un gesto con los hombros y se la volvió a poner
-Gracias por el dinero del otro día -Me soltó con un tono algo alegre- Pero no lo necesito. Aunque me quedo con un poco de él.
Yo no salía de mi asombro.¿Que decía este tío? ¿Que no necesitaba el dinero? ¿Pero él se ha visto? Si está hecho polvo.Mis ojos cada vez se abrían más.
-Estoy bien con lo que tengo. No necesito mas. ¿Para qué?
-Si no necesitas dinero, ¿Para qué lo pides?.-Yo empezaba a enfadarme-
Cogió la mochila de la cual antes había sacado mi sudadera. La abrió y sacó algo envuelto en unas pequeñas telas que no paraba de maullar.
-Para esto. Lo poco que necesito es para alimentarlo.



miércoles, 3 de abril de 2013

Otro día mas

Esa misma mañana fría de enero, salía corriendo porque llegaba tarde a clase.
 A la salida del portal, en un callejón por el que tenia que pasar todos los días si quería pillar el bus hallé una sombra negra.
Al pasar por al lado, me fijé en ella y descubrí que era el mismo señor al que dí algo de dinero pocos días antes.
Aunque mas que señor, parecía bastante joven. Pero toda esa mugre que tenia encima hacia imposible adivinar su edad.
Seguí corriendo con todas mis ansias y cogí el bus de milagro[...]
En el insti, me di cuenta de que la sudadera que llevaba en la mano no estaba. La busqué por todo el insti, pero allí no la encontré. Me agobié mucho. Esa sudadera era lo único que me quedaba de mi abuela y la tenia mucho cariño.

Al volver a casa , cabizbaja, volví a pasar por el callejón. Y sin mirar alrededor me senté contra una pared y me eché a llorar con todas mis fuerzas, apretando mis manos contra los ojos y temblando de frío.
De repente, alguien se puso delante mio. Me quedé quieta pero sin levantar la cabeza para mirar quien era.
Esa persona sacó de su humilde mochila una cosa verde torpemente doblada y me la entregó.
Levanté la vista y allí lo vi. Era él.
Yo no salia de mi asombro, abrí los ojos y pestañeé varias veces. Su brazo seguía estirado. Con una sonrisa, bastante bonita sin hacer caso a su poca salud dental,me entregó mi sudadera.
-Gr..Gra..Gracias. Dije en voz baja, mirándole a aquellos muy profundos ojos verdes,