martes, 30 de abril de 2013

-La parte de por qué no me dejas ayudarte. ¡Eso es lo que no entiendo!.Contesté chillándole a la cara.
Miró hacia un lado, sonrió, me volvió a mirar y soltó:
-Mira, no te interesa mi vida. No sabes de donde vengo, mi historia ni a donde voy. Pero si tan obsesionada estas conmigo hagamos un trato. Cada tarde, cuando vuelvas del instituto, si me ves en la esquina mírame disimuladamente. Si te guiño el ojo, te acercas. Si no no te acerques ni un centímetro a mi. ¿Vale?
-Vale. Contesté algo molesta.
-Mira, se hace tarde y yo me tengo que ir. Mañana si eso nos vemos Lili.
-Oh, cuidado que se ha aprendido mi nombre. Pensaba que habías pasado completamente de mí cuando te lo chille.
-Como voy a pasar de ti con esa voz tan chirriante que tienes?. Contestó irónico mientras se iba. ¡AH! Se me olvidaba. Pablo me llamo.
Y sin volver a mirar hacia atrás se fue corriendo.
Durante una semana, a la vuelta del tuto hablamos durante media hora. Pero el lunes de a semana siguiente mientras yo caminaba, vi a lo lejos a dos hombres vestidos de negro acoralando a Pablo.
Él me miro e hizo un gesto de que me vaya. Pero sinceramente, no iba a dejarlo solo. Asíq ue me lancé contra uno de los dos. Me agarré a él. Y me estampó contra el suelo.
Al despertarme no recordaba nada

No hay comentarios:

Publicar un comentario