domingo, 7 de abril de 2013

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En un abrir y cerrar de ojos un gato rayado de ojos verdes apareció de un rincón y acarició mis piernas con su suave pelaje.
Rondaban ya las 9-10 de la noche. La calle en la qué estaba a pesar de ser algo estrecha también era oscura.
De pronto, escucho varias pisadas detrás de mí.
El gato que estaba conmigo hace un buen rato salió ahuyentado.
Me giré y a penas pude ver la sombra de unas tres personas que venia directas hacia mí.
-Vaya, vaya.¿Qué tenemos aquí?-Río sarcásticamente mientras se acercaba lentamente a mí-.
Levantó la mano y en ella divisé el torpe reflejo de la hoja de una navaja.


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